El pasado fin se semana abrió al tráfico el primer tramo de la calle Sor Valentina Mirón después de cinco meses de obras. Toca hacer balance y no es muy halagüeño. La queja principal, tanto de los vecinos como de los comerciantes consultados es la supresión de aparcamientos, sin alternativa a corto plazo.

Porque el acondicionamiento ha primado los acerados, con el fin de facilitar el tránsito peatonal y recuperar la calle como espacio comercial. Lo que critican unos y otros es que han creado unos acerados de 6 metros de ancho y, en detrimento, se han eliminado aparcamientos y el carril de circulación ha quedado demasiado estrecho.

Ya durante la obra, los comerciantes lamentaban que, sin posibilidad de aparcar, los clientes habían dejado de acudir. Ahora, los vecinos sin cochera lo tendrán también algo más difícil. "Ha sido un crimen. A partir de la carnicería Bernal no los han señalizado y en vez de aparcar en batería se aparca en línea. Donde había 40 coches nos vamos a quedar con 15".

El problema también es que los vecinos con confían en el anunciado aparcamiento que compensaría la pérdida de plazas en la calle. Está previsto en la paralela calle Velázquez y valorado en 1,2 millones. El ayuntamiento lo ha incluido dentro de los proyectos presentados a Europa para financiarlo con fondos europeos, pero está a expensas de su respuesta.

SIN TERMINAR Los vecinos consideran que la calle no está terminada. Porque además de señalizar aparcamientos, "en unos acerados han echado un líquido para que las piedras no se muevan y en otras no" y señalan incongruencias como que un paso de peatones termine en una zona de aparcamiento y no directamente en un acerado: "Si vas recto, tendrías que pasar por encima del coche".