El Club Náutico Gabriel y Galán pasará hoy a la historia. A las diez de la mañana será precintado en cumplimiento de la sentencia firme del TSJEx porque el club ha desoído, en repetidas ocasiones, la orden de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) de desalojar de forma voluntaria los terrenos que ocupaba sin cesión y de levantar las caravanas instaladas sin autorización alguna.

Es la crónica de un cierre anunciado desde que la CHT resolviera, en verano del 2003, que las instalaciones que llevaban funcionando al menos 40 años eran ilegales y debían dejarse libres en seis meses. A partir de ahí el club ha dilatado la situación con recursos, el último ante el Tribunal Constitucional.

Pero esta mañana será desalojado y los aficionados a navegar, polémicas aparte, se lamentan. "No queremos discutir las sentencias --advierten Juan Antonio González y Roberto Sánchez-- sino llamar la atención sobre las numerosas actividades que se van a dejar de realizar". Entre ellas regatas extremeñas y de ámbito nacional, cursos de verano para niños, las prácticas de alumnos del IES Parque de Monfragüe o las visitas de los mayores de la residencia San Francisco. Estos aficionados al windsurf dicen verse abocados a navegar "en plan furtivo cargando a toda la familia en el coche mientras un referente nacional en clubs náuticos se cierra".

Curiosamente ofertado, además, en los folletos turísticos de la Junta de Extremadura. Aunque el club estaba avisado desde hace ya tres años de que esto iba a ocurrir y hasta la propia Junta le había sancionado por mantener abierto el camping ilegal de caravanas en terrenos de la CHT.