Hace décadas que nuestra pirámide poblacional indica que, tanto la ciudad como, en mayor medida, los pueblos de las comarcas vecinas, están abocados a vivir en una sociedad eminentemente anciana, fruto de la destructiva despoblación que nuestro territorio viene padeciendo de manera alarmante y que, a su vez, es consecuencia directa de la distinta estructuración de nuestra sociedad, en la que formar una familia no es la mayor prioridad para los jóvenes, quienes anteponen su formación y trabajo, a su vida en pareja.

Total, que los padres se quedan en el pueblo y los hijos se van fuera a labrarse el porvenir, por lo que la distancia y la propia forma de vida empujan a buscar alternativas posibles al cuidado de nuestros mayores. Llegados a un momento de independencia electa, aunque arriesgada, semidependencia o dependencia de uno o ambos miembros de la pareja.

Por todo ello, son más los puestos de trabajo existentes de cuidadores de personas mayores de distintas nacionalidades a la nuestra que, desde hace años, llegaron para quedarse ocupando estas tareas laborales.

Además, esta semana hemos sabido que también a este terreno han llegado los robots. En este caso en concreto, se trata de asistentesrobóticos, cuya empresa fabricante ha realizado las pruebas de su prototipo piloto, en un centro para mayores en Losar de la Vera, a través de un programa en el que participa,desde hace dos años, la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura, junto al Servicio de Atención a la Dependencia y Fundesalud.

Este asistente virtual robotizado interactuará con los usuarios, controlando su peso, dieta o ejercicio físico; detectará caídas y pedirá ayuda; ofrecerá recordatorios a su usuario y también pretende apoyar en sus necesidades diarias a personas, cuya vida precisa o, es mejor, con la ayuda de otra persona.

Al parecer, este robot en concreto, «monitoriza, estimula y asiste», con lo que su principal objetivo es prevenir situaciones de dependencia en personas que viven aisladas o solas. Todo muy positivo, salvo, obviamente, por pequeños grandes detalles, como que las labores de cuidado personal cibernético, nunca podrán sustituir al calor de una caricia, un abrazo, un beso o un gesto de cariño humanos, aunque al menos, les hará la vida más fácil y lo más autónoma posible.