La nueva ordenanza municipal reguladora de los rótulos y vallas de publicidad ha entrado en vigor. Terminado el periodo de alegaciones, el ayuntamiento se ha puesto manos a la obra y ha advertido de que las empresas que tengan vallas de publicidad instaladas en espacios públicos tienen un plazo de quince días para desmontarlas y retirarlas. De lo contrario, lo hará el ayuntamiento a su costa.

Porque el gobierno recuerda que estas vallas se han colocado, sin solicitud previa, en "bienes de titularidad municipal". Además, la concejala promotora de la ordenanza, Mónica García, ya anunció que, una vez en vigor la normativa, se iniciaría el expediente encaminado a la retirada de estas vallas para celebrar después un concurso público por el que se adjudicará la concesión administrativa para instalar vallas en solares municipales. De esta forma, solo el ayuntamiento fijará los lugares donde puedan colocarse en terrenos municipales e insiste: "Se procederá a la eliminación de toda la publicidad estática que contravenga la nueva normativa".

Por lo que respecta a las vallas en propiedad privada, tendrán un plazo mayor para adaptarse a la nueva normativa porque el texto establece que sus dueños tendrán dos meses para realizar la solicitud de la instalación de las vallas y entregar la documentación correspondiente. Así, a partir de ahora necesitarán licencia municipal, con el pago de una fianza previa de 2.000 euros.

También será necesario solicitar licencia para la instalación de rótulos, carteles o pancartas en establecimientos. Así, en las solicitudes de licencias de apertura y cambios de titularidad, deberá estar incluida la solicitud de rótulos y también en el caso de solicitudes de licencias de obra. Por cada rótulo habrá que prestar una fianza de 600 euros, según la nueva normativa.

En este último caso, los propietarios de los establecimientos tendrán hasta el 1 de diciembre para adaptar sus rótulos, carteles o pancartas al nuevo texto. Este deja claro que solo se admitirá un rótulo por fachada correspondiente al mismo establecimiento y solo paralelo a la fachada, nunca perpendicular, y en la planta baja.

El ayuntamiento persigue con estas medidas "poner orden y sinergias a la hora de instalar este tipo de rótulos. Una homogeneización en la imagen ofrecerá una imagen muy distinta de la que podemos ver en estos momentos, tanto en el casco histórico como en el resto de la ciudad, inundada por soportes y vallas sin orden ni concierto".

La ordenanza fija sanciones que oscilan entre los 300 y los 2.000 euros.