Hasta el hospital psiquiátrico ha sufrido los daños colaterales de un robo porque los ladrones cortaron la línea telefónica por error al arrancar los cables de la alarma de la nave en la que entraron para robar y esto provocó que el centro se quedara sin teléfono y personal y enfermos tuvieran que recurrir a los móviles.

Ha sido la última víctima de los métodos que emplean los ladrones para robar y que están multiplicando el número de víctimas accidentales. Ya no sólo la joyería, el banco o la empresa sufren sus consecuencias sino que para llegar hasta ellas, van dejando un rastro de daños que han sufrido también naves industriales y un sinfín de vehículos (entre ellos el del edil Paco Corisco).

La moda del butrón se está cobrando cada vez más víctimas colaterales entre las naves del polígono porque los ladrones abren cuantos son necesarios para llegar a su destino, como sucedió en el robo de la sucursal de Caja Extremadura, en el que hasta tres naves sufrieron butrones.

Pero sin duda los vehículos se llevan la palma porque su sustracción para utilizarlos en robos y devolverlos horas o días más tarde se está convirtiendo en el método estrella para robar. No hay semana en que no desaparezca alguno que posteriormente reaparece y no se ha salvado ni el propio coche del edil de Seguridad Ciudadana, utilizado para robar en una joyería.