El confinamiento por el coronavirus obligó a suspender numerosos actos que implicaban aglomeraciones de personas, entre ellos iniciativas benéficas. Esta circunstancia ha perjudicado especialmente a la delegación placentina de la Asociación Oncológica Extremeña, que se ha quedado sin los recursos extra que le reportaban estos actos.

Así, su delegada, Lourdes Palomo, recuerda que tuvo que suspenderse un certamen de marchas procesionales organizado para recaudar fondos para el colectivo, al igual que un festival en el teatro Alkázar. Además, ya en la desescalada, el próximo 31 de mayo se celebra el día mundial sin tabaco y habitualmente instalaban mesas informativas a las puertas del hospital y los centros de salud para intercambiar cigarros por piruletas y también aprovechaban para poner a la venta algunos de sus productos de merchandising. Este año, no será posible.

Pero tampoco la marcha por el cáncer de próstata que estaba prevista para el 7 de junio y viene organizando el colectivo senderista El Bordón. Pero el acto más importante y que más preocupa a la delegación es la celebración de la marcha rosa, que tiene lugar en torno al 19 de octubre, día del cáncer de mama.

La delegada placentina reconoce que es su «mayor fuente de ingresos, pero veo complicadísima su celebración. Tendremos que mirar a ver cómo lo haríamos, habrá que darle una vuelta porque trabajan muchos voluntarios, que son pacientes y nuestros pacientes son muy vulnerables y algunos están inmunodeprimidos», de ahí que sean un grupo de riesgo ante el covid. Además, es la iniciativa con mayor participación ciudadana, miles de personas, algo incompatible con la prevención necesaria ante el virus.

Con todo, los recursos actuales de la delegación son una subvención del SES para pagar parte del sueldo de la psicóloga y la cuota que abonan sus más de 330 socios. Por eso, un dinero con el que tenían previsto hacer una segunda donación a investigación «lo tenemos parado porque a lo mejor nos hace falta».El motivo es que también ofrecen el servicio de una trabajadora social y lo necesitan además para el mantenimiento de su sede y sus actividades.

Respecto a estas, ya han vuelto a atender de manera presencial, de diez a una y con cita previa para hablar con la psicóloga y la trabajadora social. Las actividades grupales, de yoga y manualidades, se mantienen suspendidas temporalmente y también el préstamo de pelucas.