Unas vallas delimitan desde ayer el paso de peatones en la calle Talavera, según la decisión que ha tomado el ayuntamiento para evitar tantas caídas como vienen ocurriendo. También cabe la posibilidad de que haya cortes intermitentes en las calles perpendiculares que den directamente al tajo, aunque la intención inicial fue cerrarlas todas de una vez, lo que no gustó a los comerciantes afectados que acabaron recibiendo la visita de la edil de Obras, Mónica García.

Así lo indicó la concejala, que justificó que se extremen las medidas de seguridad ahora que las excavadoras están abriendo la zanja en esta segunda fase y visto que los peatones atravesaban la calle por el mismo medio de las obras. Ahora sólo podrán hacerlo a través del pasillo y la concejala aprovechó para hacer un ruego: no transitar por esta calle si no se es residente o se va expresamente a un comercio.

La edil recordó que el ayuntamiento optó por dejar un pasillo peatonal para no perjudicar los intereses de los comerciantes, pero pidió paciencia y comprensión "porque lo que tiene que primar por encima de todo es la seguridad" y salió, además, en defensa del director de obra porque asume incluso la responsabilidad penal de cualquier incidente que pudiera ocurrir.