El hombre de 38 años que fue detenido el día 6 en la plaza Mayor y que, según el parte de la Policía Local, se abalanzó sobre varios agentes y llegó a morder a uno, ha presentado una denuncia en el juzgado de guardia en la que acusa a los agentes de la Policía Nacional de brutalidad. Incluso, afirma en su denuncia que tiene «heridas compatibles con una porra eléctrica».

Según su relato de lo sucedido, ese día estuvo bebiendo en un bar, pero no esnifó droga sino «rapé (tabaco de esnifar)». Afirma que después fue a un estanco situado en la calle Zapatería y se presentaron agentes de la Policía Nacional «muy agresivos».

Asegura en la denuncia que, cuando le pidieron que se identificara, lo hizo y que se tiraron sobre él, le dieron puñetazos, le metieron «en volandas» en el coche policial, del que intentó salir golpeando una ventana y que, en un momento dado, perdió el conocimiento y despertó ante los calabozos, en el suelo, rodeado de un charco de sangre y no fue atendido en ningún centro médico.

La Policía Nacional ha señalado que los agentes acudieron al ser requeridos por la Policía Local y que, al pedirle que se identificara, “se negó en rotundo, intentando agredir a los funcionarios policiales, lanzando patadas y manotazos, llegando incluso a morder a uno de los actuantes”, lo que no aparece en la denuncia del detenido. El cuerpo replica también que, en el traslado a comisaría, “causó numerosos daños en el coche patrulla” y concluye que “los policías actuaron en todo momento usando la mínima fuerza indispensable para proceder a su detención”.