En lo que va de año, las denuncias de mujeres víctimas de malos tratos realizadas en la comisaría se han multiplicado por tres, al pasar de cinco en el mes de enero a 16 en lo que va de marzo. Pero la tendencia al alza también se aprecia en comparación con el año pasado, ya que en este primer trimestre han subido un 31,38% con respecto al mismo periodo del 2006.

Para reforzar y especializar la atención que reciben este creciente número de víctimas, la comisaría de la Policía Nacional cuenta desde el 2006 con el Servicio de Atención a la Mujer (SAM) y la Unidad de Prevención, Asistencia y Protección a las mujeres víctimas de violencia de género (UPAP). Sus responsables son un inspector jefe y una agente con 34 y 9 años de experiencia, respectivamente --deben guardar el anonimato para que no entorpezca a su trabajo-- que han constatado cómo la cifra de denuncias "se ha disparado".

Lo achacan a que "las mujeres están más concienciadas y hay más información" y destacan que, paralelamente, se han incrementado las detenciones de maltratadores, la solicitud de órdenes de protección y la concesión de estas órdenes por parte de los jueces, que en este caso han subido un 100%, al pasar de 7 en el primer trimestre del 2006 a 14 en lo que va de año.

Según explican, las denuncias más comunes son por amenazas y agresiones y las realizan mujeres de todas las edades y clase social, aunque resaltan que "cada vez viene más gente joven". También han visto muchos casos de víctimas que se echan atrás en su denuncia y advierten de que en este caso "solo se puede retirar la denuncia en el juzgado".

Aunque ellos son los más especializados en el trato a maltratadas, recalcan que cuando una mujer denuncia toda la comisaría interviene, comenzando por las patrullas que están en la calle en el caso de aviso de una agresión. Si la mujer decide acudir directamente a la comisaría, le ofrecen una lista de abogados especializados en violencia doméstica y la posibilidad de pedir una orden de protección, además de informarle sobre la asignación de una vivienda o la custodia de los hijos, si los tiene.

COORDINACION Además, la policía la acompañará a su domicilio si quiere salir voluntariamente y, sobre todo, la derivará al servicio de la ciudad que más le pueda ayudar. Así destacan la "excelente colaboración" y el contacto permanente que mantienen con el servicio de familia y menores de la policía local, el juzgado de violencia de género, la oficina de atención a las víctimas, los servicios sociales de base, la unidad de promoción de la mujer y la psicóloga del centro de emergencias y atención psicosocial, así como con la edil de Igualdad, Raquel Puertas.

Su objetivo es al final el mismo que ha motivado a ambos policías a hacerse cargo voluntariamente de la atención a maltratadas: "Poder ayudar a las personas que están en una situación crítica y difícil. Estamos para ayudar", subrayan.