Tres familias tuvieron que ser desalojadas el martes de sus viviendas en plena noche ante el riesgo de derrumbe. Ocurrió en la calle Batalla del Salado, en La Data Vieja, a raiz de un desplome de tierra bajo el patio de una de ellas, que según la concejala de Obras, Mónica García, se debió a las obras de cimentación de una construcción colindante.

Los vecinos se llevaron un susto mayúsculo, sobre todo los de la casa donde se produjo el movimiento de tierras, que viven ahora con sus familias. Eduardo Cubera, que reside en la planta baja con su mujer --la superior la ocupa un hombre mayor-- lo contaba así: "Estábamos en la parte delantera de la casa y no oímos nada hasta que un vecino nos avisó de que se estaban desprendiendo piedras por detrás. Fue un milagro que no se cayera".

Llamaron a la policía y acudieron también la edil de Obras, la aparejadora municipal y un responsable de la obra y según la concejala "entre todos decidimos recomendar el desalojo por seguridad porque como había habido un desplome los patios podían haber ido detrás".

Pero el desalojo no es su única preocupación porque cuentan que en abril aparecieron grietas en la parte posterior de tres viviendas, que han afectado a dormitorios, salas de estudio y patios. Cubera se quejaba ayer del trastorno que les ha ocasionado: "Las grietas aparecieron en el dormitorio de matrimonio y hemos tenido que dormir con un colchón en el salón. Además, en el patio está el tendedero, la lavadora, la casa está inutilizada".

Manuel Pizarro, vecino de 65 años desalojado, también tiene miedo: "A la terraza ya no subimos por si las escaleras se vienen abajo y duermo en una finca".

Isabel Ojalvo, la única afectada por las grietas que no ha sido desalojada, teme que tenga que abandonar también su casa: "Nos tememos que pase lo mismo cuando quiten la tierra que hace de muro de contención".

Unos y otros esperan volver pronto a sus casas y que les arreglen las grietas. El Periódico intentó hablar ayer con los responsables de la obra, sin éxito.