La concejalía de Servicios Municipales va a invertir 5.500 euros en eliminar los grafitis existentes en las zonas públicas, como parques, fuentes, monumentos, los pabellones municipales o incluso las instalaciones del centro cívico del barrio del Pilar.

"Limpiamos las pintadas pero a los pocos días vuelven a aparecer", se lamenta la concejala delegada, Carmen Blázquez, que pone como ejemplo el caso del pabellón del berrocal, "que cada poco tiempo está repleto de grafitis ilegales".

También en comercios En este sentido, Blázquez ha explicado que hacer las pintadas en lugares prohibidos "deja de ser arte urbano para convertirse en una fechoría, en un acto de vandalismo que cuesta dinero reparar. Y lo pagamos todos los placentinos", recalcó. Por este motivo, la edil insistió en que "hay habilitados unos lugares para ello, para que los grafiteros puedan desarrollar su actividad artística, por eso no comprendo como algunos se dedican a pintar en espacios prohibidos", concluyó.

Las pintadas en los edificios públicos no son una excepción, ya que las firmas de algunos grafiteros también han aparecido en algunos comercios del centro de la ciudad. En concreto, en la calle Talavera varias tiendas han aparecido con pintadas en sus fachadas e incluso en las cristaleras de los escaparates, con el consiguiente gasto económico que su limpieza ocasiona a los propietarios, que ven dañada la imagen de su negocio.