Los actos vandálicos le cuestan caro al ayuntamiento durante los doce meses del año, ya que de las arcas municipales se destinan entre 30.000 y 40.000 euros al año para reparar los daños que ocasionan los vándalos en el mobiliario público.

El dato lo facilitó ayer la alcaldesa Elia María Blanco, quien aprovechó también para hacer un llamamiento a los ciudadanos para que contribuyan a "erradicar estos actos en el municipio", destacó. El motivo de este toque a la participación ciudadana es, según explicó, "para que nos ayuden a que esto suceda cada vez menos y para que recuerden que los espacios comunes deben ser espacios de respeto".

Además, la alcaldesa resaltó que "una cosa es que ciertas zonas por su uso se deterioren, pero otra es que vengan unos cuantos vándalos de todas las edades y rompan las cosas".

DESTROZOS Lo cierto es que estos daños al mobiliario, aunque lo causen unos pocos, cuestan mucho dinero al cabo del año a los placentinos y, además, destacan como punto negativo para una ciudad que aspira a ser Patrimonio de la Humanidad y que recibe miles de turistas nacionales e internacionales.

Un ejemplo se puede ver en el parque de La Coronación: un banco de hierro está partido por la mitad y otro por el reposabrazos, la mayoría de las farolas están sin los cristales o plásticos que las cubren y hay pintadas en el parque infantil. Ver estos destrozos en los parques de la ciudad se ha convertido en algo habitual, por lo que una vecina de Miralvalle aseguraba ayer que "no entiendo porqué la gente no puede respetar las cosas, qué le molestarán los bancos o las farolas para que las destrocen".

MAS EJEMPLOS Pero este no es el único ejemplo de gamberrismo sufrido por los residentes en la zona. A escasos metros está la cabina de la parada del servicio de bicicletas públicas BiciPlas , cuyos cristales y pantalla han sido destrozados por una o varias personas, tal y como ya informó EL PERIODICO EXTREMADURA. La consecuencia es que los usuarios no pueden coger ni dejar las bicicletas en esta parada desde hace varias semanas.

A esto hay que sumar las farolas que han destrozado esta semana en Torre Lucía y que las han dejado pendientes de los cables; junto a las pintadas y grafitis en la muralla y en los arcos de San Antón, entre otros monumentos del patrimonio; las papeleras rotas de varias vías; o las farolas de la recién remodelada plaza Arco Iris, donde también el pasado fin de semana los vándalos las rompieron.

Con el fin de erradicar todos estos actos de gamberrismo, que no favorecen a la ciudad, Blanco ha pedido la colaboración de todos los ciudadanos.