La policia local sorprendió la madrugada del viernes a un hombre mientras rompía espejos retrovisores a vehículos aparcados en el Cristo de las Batallas. Llevaba al menos siete, aunque no todos sus propietarios han presentado todavía denuncia, según fuentes policiales consultadas. Al parecer, el presunto autor de los destrozos tiene 40 años y fue cogido in fraganti por una patrulla que hacía la ronda hacia las 4.30 de madrugada.

No es la primera que los vecinos de esta céntrica zona amanecen con la desagradable noticia de que les han roto el retrovisor del coche si bien parece más frecuente de lo que pudiera pensarse el hecho de que muchos de los afectados no se molestan en poner denuncia. "A mí me suelen traer coches para que les ponga un espejo de repuesto --explica un mecánico-- pero la verdad es que muchos pasan de denunciar porque piensan que no va a valer para nada ya que el gasto no se lo va a pagar nadie".

Mientras la policía insiste en recomendar que se denuncie. En este caso atribuye al detenido la rotura de hasta siete y ya ha sido denunciado por, al menos, cuatro de sus víctimas. El mismo mecánico consultado cifra entre un mínimo de 30 y un máximo de 300 euros el valor de los retrovisores, mano de obra aparte, con lo que un acto vandálico por el que su autor aparentemente no gana nada, puede suponer para el afectado gastos considerables además del inconveniente y el lógico enfado.

Fuentes policiales indicaron que este tipo de hechos vandálicos suceden por rachas y en distintas zonas. La creencia popular es que son obra de adolescentes, pero la realidad demuestra que al menos no en el caso de este fin de semana.