La fiscalía de menores decidirá sobre el caso de un motorista de diecisiete años al que la policía local detuvo el domingo por conducción temeraria tras salir huyendo de un control policial porque no llevaba puesto el casco reglamentario. Según el parte policial, la persecución se inició a las 14.20 horas en la Puerta Talavera y acabó a pie en Matías Montero, donde el menor abandonó el ciclomotor y salió corriendo.

Entre tanto se saltó señales y circuló en dirección contraria por la bajada a San Lázaro poniendo en peligro la seguridad del tráfico y la suya propia, según informó ayer la policía local mientras el coche policial acabó chocándose contra un bordillo y reventó una rueda. A.M.M. prestó declaración acompañado de su madre.

La multa por no ponerse el casco o llevarlo colgado del brazo o guardado, como es la moda entre muchos jóvenes según los policías, asciende a 48 euros y los motoristas pueden encontrarse con controles policiales en cualquier momento dentro del casco urbano. El ciclomotor fue inmovilizado y para retirarlo del depósito municipal deberá abonar 16 euros más 60 céntimos por día que pase.