El presunto atracador del bate de béisbol lleva desde la madrugada del sábado en los calabozos de la Policía Nacional después de que un agente camuflado lo detuviera hacia las tres de la mañana cuando se disponía a asaltar a dos jóvenes en la calle Francisco de Rizzi que comunica la plaza de San Calixto con la de la Constitución, ya en Miralvalle.

Sólo salió ayer tarde para pasar a disposición judicial, pero volvió al calabozo para que el juzgado número cuatro retome esta mañana las diligencias. Uno de los policías que lo custodiaban llevaba embalado bajo el brazo el bate de béisbol con el que presuntamente rompió los brazos a su primera víctima para robarle el bolso y con el que habría amenazado, veintiún días después, a dos jóvenes que lograron escapar a tiempo.

Sus terceras víctimas habrían sido otras dos jóvenes que volvían a casa la madrugada del sábado, pero este otro asalto se lo frustró un policía nacional de uniforme que patrullaba en un coche camuflado la zona donde venía actuando y que forcejeó con él hasta reducirle y quitarle el bate de béisbol, según fuentes policiales consultadas.

VIOLENTAS VISITAS El presunto atracador es un joven de unos 35 años con domicilio en la Granja y que responde por E.C.M. Según fuentes de la investigación, en su vehículo han sido encontrados efectos robados a alguna de sus víctimas y ayer fue sometido a rondas de reconocimiento, pero Comisaría no ha informado todavía de si dieron resultado.

Su complexión delgada y su baja estatura contrastan con la violencia con la que el atracador asalta a sus víctimas. La primera se topó con éste la madrugada del sábado 17 de junio cuando volvía a casa después del trabajo. Sus gritos de dolor en plena noche alertaron a los vecinos de la pequeña travesía de Pedro de Valencia, en el Rosal de Ayala, y es que acababa de romperle los dos brazos para quitarle el bolso.

La madrugada del 8 de julio volvió a actuar blandiendo el bate de béisbol ante dos jóvenes que lograron huir tirándole el bolso a la carrera. Fue cerca del primer caso, en la calle López Báez de Herrero que comunica Rosal de Ayala con Miralvalle, por lo que la vigilancia policial se ha centrado en estas zonas hasta dar con el sospechoso.

Ha sido en la cuesta que une San Calixto con Miralvalle, donde el detenido había dejado abierto un Ford Fiesta para arrancarlo tan pronto como se hiciera con el botín y donde, al parecer, han sido hallados objetos procedentes de los otros robos. La noticia de la detención corrió como la pólvora el fin de semana en Miralvalle, donde viven las dos jóvenes que salieron corriendo con el susto en el cuerpo mientras el policía uniformado reducía al joven.

El ensañamiento con la primera víctima y la segunda intentona, bate de béisbol en mano, han tenido alarmados a los vecinos de las zonas que había elegido en sus violentas visitas de fines de semana a la ciudad de Plasencia. La jueza decidirá hoy sobre el destino del detenido.