Propietarios de bares que han invertido mucho dinero en insonorizar sus locales o dotarles de un limitador de ruido se han quejado de agravios comparativos por parte del ayuntamiento en relación a las multas. Advierten de que mientras a ellos se les obligó a equipar al máximo sus bares, la concejalía de Seguridad Ciudadana no actúa contra otros que no cuentan con estas medidas e incluso están en situación ilegal hasta que los vecinos se quejan.

Jesús Leranca, gerente del bar Epoca, y Elvis Micot, dueño del pub El Pecado del Diablo, son dos de los afectados. Leranca explica que se gastó 60.000 euros en insonorizar el local y sin embargo, se queja de que "algún vecino dice que se oye ruido, el último fin de semana nos han vuelto a rellenar la cerradura para que no podamos abrir y encima nos multan por pasarnos unos minutos en el cierre".

Por contra, llama la atención el hecho de que el ayuntamiento haya ordenado ahora precintar el equipo de seguridad a un pub de la calle del Pollo que lleva años abierto por no tener la licencia correspondiente y también pasaron años hasta que se ordenó cerrar un pub de la calle del Rey que venía funcionando sin licencia.

Así, Leranca no duda de que el ayuntamiento está consintiendo agravios comparativos: "No se trata a todo el mundo igual, nosotros somos los únicos insonorizados del comercial Iberia y a los demás no les multan". Por eso pide "que se haga cumplir la Ley por igual a todos o que levanten la mano también con nosotros".

El caso de Elvis Micot es similar porque, según cuenta, tras dos años abierto, recibió la visita de la policía local: "Vinieron a medir y cumplía con los niveles, pero a pesar de eso me obligaron a poner el limitador de ruidos". Mientras él pagó 3.000 euros, fuentes municipales desvelaron que ni cinco bares tienen en el centro este aparato porque la Ley no obliga a tenerlo sino que deja al ayuntamiento la potestad de ordenar su instalación.