Acuden una vez a la semana durante dos horas y realizan todo tipo de manualidades. Decoran cristales, liman maderas, trabajan con escayola y pintan, con colores alegres, porque en este curso se pretende que la alegría esté siempre patente.

La finalidad del taller de manualidades que ofrece la asociación oncológica es, según su responsable, Mireia Leranca, "que el enfermo salga de la rutina de estar en casa, se relacione con más personas y no piense en su enfermedad continuamente". Y da resultado porque "el año pasado se notó un cambio psicológico y social muy grande y es para estar contentos".

Este año, cada miércoles acuden doce personas al curso, la mayoría entre 40 y 60 años y los trabajos que realicen "se expondrán y venderán en un rastrillo que pondremos en Navidad", cuenta Mireia.

Pero la intención de la asociación es ampliar la oferta de actividades y cursos: "Queremos realizar un taller de cocina donde intercambiar recetas culinarias, otro de gimnasia y de relajación".