Regalar, donar dinero a las familias de refugiados de los campamentos saharauis, podría ser lo fácil, lo cómodo, pero las placentinas Olga María Martín e Isabel Merino han ido más allá, han dado trabajo a diez familias, haciendo así que se sientan útiles porque ganan un sueldo gracias a su esfuerzo.

Melfas para un sueño es el proyecto que idearon «a raíz de volver de los campamentos tras la Semana Santa», una pequeña empresa que han visto cómo se ha ido ampliando y que les gustaría que siguiera creciendo, para poder ayudar a más familias. «Mi marido dice que Zara empezó así», comenta entre risas Olga.

Ambas, que acogen niños saharauis desde hace tres años, han visto en los campamentos «cuánta precariedad hay. No tienen agua, no tienen luz. Con 30 euros una familia vive.»

Por eso decidieron hacer algo. Olga explica que las melfas son los trajes típicos de las mujeres sahararuis. «Son de colores vistozos y tejidos espectaculares». Se les ocurrió que con las telas se podrían confeccionar pañuelos para venderlos y fue lo que hicieron. «Tenemos allí una encargada que compra las melfas» y después, ocho mujeres, ocho costureras, confeccionan actualmente pañuelos de tamaño grande, pequeños y pareos. Ellas pusieron dinero para iniciar la empresa y compraron las primeras melfas. El dinero lo reinvirtieron y al ir ampliando las ventas, han podido comprar dos máquinas de coser nuevas y acaban de contratar a un chófer para el traslado de las melfas. Las mujeres cobran por pieza y ahora se venden en toda España, «hasta Francia van», subrayan. Los pedidos se tramitan a través de su página de Facebook Melfas para un sueño y cada pedido es ya al menos de 200 melfas. Lo mejor para Olga e Isabel, «la satisfacción que siente una» por lo logrado.