«Estamos temiendo los datos del 2019. El sector del turismo de Plasencia está muy preocupado por las cifras y la tendencia regresiva que se ve en la ciudad». Lo afirma Montaña Domínguez, directiva de la Asociación de Alojamientos y Turismo de Plasencia, Altup, que ayer recordó los datos del 2018 del Insituto Nacional de Estadística sobre visitantes y pernoctaciones, que, en comparación con los del 2017, regristraron una bajada del 7,43% en pernoctaciones y del 6,15% en visitantes.

«Plasencia es la única ciudad que pierde de las cuatro grandes de Extremadura», apuntó el presidente de Altup, Teo Magdaleno, quien señaló además la pérdida de población de la ciudad, que ya ha bajado de los 40.000 habitantes. Por eso, afirmó: «no sabemos cómo van a evolucionar los negocios porque los indicadores dicen que vamos para atrás». De hecho, Domínguez apuntó que algunos de sus socios «están pensando en cerrar».

Altup cuenta actualmente con 29 asociados, que aglutinan 900 plazas de alojamiento y entre un 80% y un 85% del sector turístico de la ciudad, según sus datos. Desconocen las causas de la regresión, pero apuntan que «la falta de infraestructuras hace mucho».

Por eso, tienen claras cuatro demandas, que ya han transmitido al ayuntamiento, la Diputación Provincial de Cáceres y la Junta de Extremadura. Una de ellas es la continuación de la autovía EX-A1 desde Moraleja hasta la frontera con Portugal para aprovechar la conexión con Lisboa. «Conseguiría una gran dinamización del turismo».

También quieren que se acelere la alta velocidad, con parada en Plasencia y cursos de formación. Además, su «tema estrella» es un museo de arte contemporáneo para el turismo cultural, pero «no una sala de exposiciones» solo para el salón de Otoño y su apuesta es Las Carmelitas.