Las quejas vecinales y de los comerciantes por la falta de vigilancia policial han aumentado en las últimas semanas. EL PERIODICO ha recibido en su página web varias denuncias de los cibernautas acerca de la pasividad de las fuerzas de seguridad a la hora de velar por la integridad de las personas y las cosas.

La imagen que tienen de la policía local no es precisamente buena, ya que la mayoría de las quejas hacen referencia a la falta de vigilancia, por lo que la demanda parece ser clara: Plasencia necesita más agentes.

En respuesta a estas críticas, la concejala de Servicios Generales, Carmen Blázquez --en declaraciones a la SER-- aseguró que la presencia policial se reforzará en el transcurso del primer trimestre de este año y añadió que en la policía local "se están complementando las plazas para que no queden huecos". En un principio, "se han creado cinco plazas nuevas para el 2008".

Además, Blázquez destacó la creación de la figura del intendente, "que era necesaria en la jefatura de policía de una ciudad como Plasencia, y que se cubrirá en las próximas semanas".

VIGILAR SANTO DOMINGO Los comerciantes de la zona monumental de Santo Domingo se quejan, por su parte, de la poca iluminación de las calles y de la presencia constante y amenazante para sus clientes de mendigos y/o toxicómanos y piden que se refuerce la vigilancia, al menos durante el invierno, meses los que anochece antes.

Isabel Sánchez Ocaña, de la tienda Zambra, asegura haber presenciado peleas entre toxicómanos tirándose piedras. "Me estoy planteando poner un timbre en la puerta para que no puedan acceder al comercio, aunque me da vergüenza tener que llegar a esta situación, como si estuviéramos en Madrid".

La propietaria de la tienda de recuerdos situada al lado del parador, María Angeles San Garrido, se pregunta "cuál es el problema con la plazuela de Santo Domingo para que los políticos no puedan arreglar esta situación, que lleva ya 25 años". "Cuando llega la Semana Santa" prosigue María Angeles, "esto se pone indecente; no sé ni cómo pueden plantearse el hecho de solicitar que Plasencia sea Patrimonio de la Humanidad cuando no saben, o no quieren dejar limpia esta zona para que deje de ser una amenaza constante para los turistas". Tiene 62 años y no descartar prejubilarse si las cosas no se arreglan, porque, dice, "siento miedo" y recuerda que ha tenido que presenciar demasiados robos e intimidaciones en su negocio.

Claudio Valencia, de la zapatería Keko´s, afirma que en la calle Rúa Zapatería no padecen el problema de los toxicómanos y mendigos entrando en sus locales, pero señala: "Yo apenas veo policías patrullando por las calles, me pregunto dónde se meten todos los que componen la jefatura". Para él, la policía actúa con "una desidia casi absoluta en esta ciudad".

VIGILANCIA EN LOS BARRIOS La presidenta de la Asociación de vecinos Vera-Elena también ha solicitado que se incremente la vigilancia policial en la barriada. "A mí me robaron el coche hace apenas una semana, y esto es algo que les sucede de forma habitual a los vecinos", resaltó.

El parque de La Rana también es el blanco de las quejas de muchos ciudadanos. El parque más céntrico de la ciudad alberga en sus traseras, según los vecinos de la zona, el botellón clandestino de decenas de adolescentes cada fin de semana. La zona se ha convertido en un basurero y la venta de drogas parece ser que también está a la orden del día. "No hay presencia policial", reitera una residente. "Plasencia parece haberse convertido en la ciudad sin ley, porque aquí todo el mundo hace lo que quiere", señala otra vecina afectada.