Varias escombreras, ratas que salen de auténticos socavones en el suelo, pasto tan alto que dispara las alarmas por fuegos, cables sueltos de farolas rotas incluso en las cercanías de los columpios, acerados destrozados o inexistentes, un campo de fútbol repleto de maleza mientras las supuestas zonas verdes son un secarral... No es una exageración. Tal panorama está a la vista de cualquiera en el barrio de La Esperanza, en pleno polígono de La Data, por lo que la antigua asociación vecinal ha resurgido para reivindicar al ayuntamiento que "La Esperanza también existe".

Allí no sólo hay bancos, papeleras o farolas rotas, como en otras zonas de la ciudad, por lo que la presidenta, Julia Rodríguez, no duda en calificar la situación de escandalosa y habla de "abandono total". Así se lo explicó esta misma semana a la alcaldesa, Elia Blanco, en un primer encuentro del que dijo salir decepcionada porque le fue negada una subvención al haberse constituido la asociación después de cerrarse el plazo de solicitud de las ayudas vecinales.

RIFIRRAFE POLITICO Aunque ayer la concejala de Barrios, Carmen Blázquez, mostró su interés por hallar la fórmula legal que permita conceder una ayuda a la nueva asociación así como su disposición a abordar las mejoras que reconoció pendientes.

Ello el mismo día en que la oposición se sumó a la denuncia vecinal por abandono con una batería de fotos del barrio. Incluso el portavoz municipal del PP, Fernando Pizarro, criticó que si el ayuntamiento no hubiera tardado en entregar las llaves de la sede a los vecinos, la asociación se habría constituido a tiempo de solicitar la subvención.

Mientras Félix Macías insistió en el riesgo de los cables sueltos como los de una farola rota por un accidente que lleva meses vallada y sin arreglar por lo que está sirviendo a los niños para sus juegos. "Todo esto es preocupante en un barrio tan sensible y que me atrevería a decir que necesita incluso más atención". No olvidó mencionar que "a 50 metros del bulevar hay un solar lleno de desperdicios donde debía haber jardines". En el edificio Donantes de Sangre.