Los pensionistas del hogar de la avenida se echaron ayer a la calle con una misión: concienciar al ciudadano para lograr una ciudad más limpia y al primero que entregaron el folleto informativo fue a un barrendero. "Mire usted --se justificaba ante su cara de poker Dionisia Collado-- si es porque estamos ayudando para que no tengan que barrer ustedes tanto".

El infatigable Claudio Sánchez le echó un cable: "Es que este ayuntamiento está dispuesto a tener una ciudad más limpia, pero al personal no le entra en la cabeza porque muy limpio no es y nosotros estamos aquí para decírselo". A la cabeza iba la concejala de limpieza, Carmen Blázquez, calendarios en manos de esos que edita el ayuntamiento para saber cuándo se puede y no se puede sacar la basura.

Va por la tercera campaña de sensibilización que afronta pacientemente aunque tarde porque en la media hora que ayer se retrasó, los mayores ya habían colocado casi todos los calendarios a todo el que pasaba por la avenida de la Vera; el que no cogía el suyo y se iba para casa. Hoy les tocará a los del hogar de Matías Montero por el centro y mañana al de La Data por su barrio. "He pedido a los mayores que me acompañen --explicó la edil-- a ver si infunden más respeto por las canas".

Más sabe el diablo...

Acertó porque fue lo que paró a más de uno de los que intentaron esquivarlos. "Llévese el calendario a casa mujer, que no hay que pagar nada". A sus 70 años, Rocío Jiménez es toda ella sabiduría: "Lo que falta es mucha educación en estas cosas aunque también contenedores y papeleras" y se enzarzaban en el debate. "Si es que la gente no está enseñá y ni por higiene ni por el qué dira quien nos visite --replica Claudio Sánchez-- que yo he estado en Holanda y Francia y eso es otra cosa", apostilla.