Hartos de que sus quejas caigan en saco roto, los responsables del Hostal Turnat y el propietario del edificio, vecino además de la calle Patalón, optaron por encargar una medición de los ruidos a una empresa especializada cuyo informe avala sus denuncias. Un sábado noche cualquiera arrojó una media de 41,23 decibelios hasta las cinco de la madrugada en la primera planta y de 46,77 en la superior cuando el máximo permitido por ley en el interior de edificios es de 30.

El informe, visado por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Telecomunicaciones, fue remitido a la alcaldesa el pasado día 14 de septiembre acompañado de un amplio dossier que incluye quejas de los propios turistas alojados en el hostal además de las recogidas en su día en la campaña vecinal que reclamaba medidas contra el ruido y la falta de limpieza.

SILENCIO MUNICIPAL Pero de momento, el consistorio ha dado la callada por respuesta y los afectados no descartan ir al juzgado. De hecho el dossier recoge también dos sentencias condenatorias para sendos ayuntamientos extremeños por tolerar situaciones similares. "Nosotros no queremos cerrar ningún negocio, pero que se cumpla la ley", dicen tajantes y apelan a que los mayores niveles de ruido se dan entre las tres y las cinco de la madrugada, cuando los locales debían estar cerrados.

Por lo que reclaman a la alcaldesa que haga cumplir la ley a los locales de la calle Patalón tanto en medidas de insonorización como en horarios de cierre. En su cruzada contra los ruidos, han acudido también al Defensor del Pueblo e incluso han pedido el amparo de la Cámara de Comercio. Optaron por hacer público su informe justo antes del puente festivo para animar al ayuntamiento a tomar medidas. "Pero no han tomado ninguna --insisten-- y encima las molestias han sido mayores que nunca como si quisieran vengarse de nosotros".