Las vueltas que da la vida, primero arriba y luego abajo, como los cangilones de una noria. El escritor zamorano Vicente Buruaga presentó el miércoles en Plasencia Como cangilones de noria , una obra publicada por la editorial De Buena Tinta Ediciones. El autor sitúa a sus personajes principales a camino entre Plasencia y al norte de Cáceres y Barcelona, una realidad que a muchos extremeños les tocó vivir en pleno siglo XX.

Buruaga nació en Toro aunque ha ejercido su profesión, abogado, profesor mercantil y auditor de cuentas, en Barcelona, donde se desarrolla una buena parte esta obra.

La historia comienza con los recuerdos de un anciano en su casa de Plasencia, en plena calle Zapatería, al que le gusta después de varios años alejado de la ciudad, tomar un café en la plaza Mayor y contemplar al abuelo Mayorga. El anciano es Benigno Ruiz, un extremeño que dejó el Valle del Jerte tratando de hallar una vida mejor en Barcelona, donde, y siempre en medio de innumerables vicisitudes, logra la desahogada posición económica de sus sueños.

Vicente Buruaga agradece, en las primeras líneas de su libro, a las personas de Navaconcejo, Cabezuela del Valle, Tornavacas y municipios diseminados por el Valle del Jerte, que, desde el anonimato, han contribuido con diferentes testimonios para que pudiera hacerse un fiel retrato de la época, explica. Buruaga habla de cerezos, del trabajo de las primeras cooperativas que se asentaron en el Jerte.

En el marco de los años de guerra, treinta años después, con el corazón dolido por dejar la ciudad condal, regresa a su tierra natal, en donde invierte en explotaciones agrícolas y ganaderas. Tras haber pasado todo este tiempo buscando ampliar su sabiduría, llega a la conclusión de que su sapiencia es escasa, y le asalta la duda de haber logrado la comprensión de propios y extraños.

El autor describe a través de la historia de este personaje la imagen de la Barcelona y Extremadura del siglo XX. En la obra los vaivenes de la vida, la incertidumbre del saber que tan pronto "se puede estar en la cúspide como quedar sumergido en la más tenebrosa penumbra" sentencia el autor.