Una joven vecina de Miralvalle de 44 años se quitó ayer la vida al arrojarse del cuarto piso donde vivía en la calle San Fulgencio, pero que hacía una altura de cinco contando con el bajo. Según fuentes policiales, A.M.B. se había encerrado en casa para tirarse presuntamente desde la barandilla. No era el primer intento y la familia había puesto protección en las ventanas que, sin embargó, logró salvar.

Trastornos depresivos por los que seguía tratamiento le habrían llevado a poner fin a la situación en un momento de desesperación. Casada y con dos hijos mayores, ayer mismo había acudido en turno de mañana a su trabajo en el hospital, según las mismas fuentes, pero poco después de las cinco de la tarde se produjo el fatal desenlace.

Los primeros en acudir en su ayuda fueron sus propios vecinos, el presidente de la asociación vecinal, Agustín Benavente, incluido, pero cuando llegó el 112 nada pudo hacer a causa del fuerte impacto recibido. Los bomberos desplegaron la escala hasta un balcón para entrar al piso a requerimiento de la Policía Judicial en medio de la expectación vecinal y el despliegue de policías local y nacional. La noticia causó gran consternación.