El concejal de Festejos se ha propuesto terminar con los errores de la feria y le preocupa especialmente la situación de los vendedores ambulantes. El edil Blas Raimundo está decidido a terminar con el hacinamiento que ha podido causar una desgracia este año al arder un puesto de lona, una demanda que precisamente realizó ayer IU.

Raimundo ha reconocido en su balance de la feria, que el número de puestos de venta ambulante que ha acogido el ferial ha sido excesivo y ha advertido de que no quiere correr riesgos en próximas ediciones como el que se produjo la madrugada del viernes de feria al incendiarse un puesto, que pudo haberse propagado a los contiguos.

Así, ya ha advertido de que "si no caben cien, pues se pondrán cincuenta". Esto es también lo que pidió ayer IU al criticar que "se han querido meter más tenderetes de los que cabían.

Su coordinador local, Luis Ranilla, recordó en alusión al incendio que "había niños durmiendo en esos puestos" y denunció también la falta de infraestructuras porque "no tenían servicios cerca, ni agua, ni vigilancia por las noches y no entendemos por qué sus hijos no tienen guardería como los de los feriantes". Con todo, pidió "que no vuelva a ocurrir".