Sólo la bronca final deslució los fuegos artificiales y la hoguera de San Juan más multitudinaria que conoce el barrio porque una multitud de jóvenes acabó increpando a los bomberos al negarse a regarles con el agua de las mangueras. Así la indignación se repartió por igual entre los vecinos y los bomberos. Aquellos porque su presidente, Bonifacio Santos, culpaba ayer al Servicio Provincial de Extinción de Incendios de la diputación de "romper una tradición por problemas internos y estamos indignados" y éstos "porque nosotros estamos por seguridad, pero no formamos parte de la fiesta", resumió el jefe de guardia del servicio.

Así las cosas, los cientos de jóvenes se fueron en masa a La Isla para darse por sí mismos el remojón en el canal de baños, aunque ayer ya se escucharon quejas de bañistas habituales por los restos de la movida incluida la limpieza del agua sobre la que, por cierto, ya se habían quejado antes.