Los frailes servitas del santuario del Puerto no han dejado solas a las monjas de la misma congregación que viven amenazadas de muerte en Mozambique tras haber denunciado públicamente el tráfico de órganos de los niños de la calle y han iniciado una campaña de recogida de firmas que serán enviadas al gobierno del país africano, a la ONU y a la Unión Europa para detener este macabro comercio.

Las monjas Siervas de María dirigen desde hace treinta años el convento-orfanato de Nampula y en febrero denunciaron que un centenar de niños de entre doce y quince años han sido hallados muertos y con sus órganos extirpados en el último año. Una de las religiosas ha sido hallada muerta a martillazos.

Los servitas del resto del mundo han tomado el testigo y Plasencia es la única ciudad extremeña donde están recogiendo firmas con la ayuda de Felisa Husillos Brezo, que fue también misionera en Mozambique. A esta mujer de 73 años se la puede ver en la calle, carpeta y boli en mano, pidiendo sólo una firma: "Esto no es un cuento. Desgraciadamente están matando a niños de la calle para extirparles el corazón, el hígado, los riñones o los pulmones. Así de crudo". A Felisa se le saltan las lágrimas e insiste mucho en que no es un cuento. En el santuario recogerán firmas toda la Pascua.