La alarma y el olor a humo alertó ayer a los pequeños que estaban en las clases del Centro de Educación Infantil Dulce Chacón. Cuando salieron al pasillo, descubrieron que su bosque (ficticio) estaba en llamas y los animales habían huído debido al fuego que se había propagado por los murales que ellos habían hecho con la ayuda de sus profesores.

"Nosotras les preguntamos qué debíamos hacer y enseguida dijeron que había que llamar a los bomberos para apagar el fuego", explicó Ana Encinar, directora del centro infantil Dulce Chacón. Y dicho y hecho, una profesora hizo una llamada ficticia a los bomberos y enseguida apareció Santiago Moreno, jefe del parque de bomberos de la ciudad.

Equipado con su traje, dejó boquiabiertos a todos los niños que, con admiración, escuchaban todas sus explicaciones sobre el trabajo que desempeña un bombero para prevenir y apagar incendios. Después, todos se pusieron en acción y ayudaron en la extinción del incendio del centro retirando todas las llamas de su bosque de papel.

Tras terminar el duro trabajo, alumnos, bombero y profesorado salieron a la puerta del centro, donde se encontraron con la sorpresa de un coche de bomberos. "Emocionados se han montado en el coche, han encendido las luces y las sirenas y se han puesto el casco. Aunque les quedaba grande, les hacía mucha ilusión", añadió Encinar.

Durante todo el mes, los alumnos de Dulce Chacón están trabajando en el cuidado del medioambiente, creando en los pasillos, utilizando diferentes técnicas, un bosque.

"Una vez creado, estamos aprendiendo a cuidar el medioambiente; hemos sido exploradores y hemos salido con nuestros prismáticos a ver los animales del bosque y después hemos hecho un picnic", indicó Encinar. Esta semana, las educadoras y los niños exploradores han salido a limpiar su bosque. Y por último, ayer vivieron activamente el trabajo que desarrollan los bomberos para apagar un fuego, una jornada que difícilmente olvidarán estos futuros protectores del medio ambiente, concienciados en su respeto.