Como decíamos ayer, la moción de censura se está cocinando y los entremeses los sirvió el viernes el PP en terreno de CCPL y con la actuación estelar de Pepa Camisón. Anselmo Díaz Cabello, anfitrión como buen presidente de la gestora en el pincho de Salones Venecia , no ha querido perder la tradición de la última presidenta, María José González del Valle, de reunir a todos por Navidad, pero con tan escaso poder de convocatoria que ni ella, disciplinada militante, acudió.

Y eso que bendijo la mesa Carlos Floriano, que las cartas de invitación cursadas con suficiente tiempo no avisaban de que iban a tener que compartir mesa con la tránsfuga del PSOE y José Luis Díaz, el mismo que le puso el pleito al PP, y que los del pepé iban a quedar en minoría. Así de patidifuso se quedó más de uno de los del PP de toda la vida.

Pocos y mal avenidos, que a Victoria Domínguez se le debió atragantar el bocado cuando Floriano va y le espeta que si va a votar o no la moción de censura; esa que dice que no es la consigna del PP aunque también la semana pasada viniera a comer con sus interlocutores del CCPL, José Luis Díaz y Poli Díaz. Mientras el tercer Díaz, Anselmo, controla de reojo en el pleno el voto de Pepa Camisón que tiene la llave, pero de la moción que no del despacho aunque desde que se la pidió a la alcaldesa en el pleno le han sacado el cantar del matarile rilerón .

O la tiene, al fin y al cabo, la cabeza de lista del grupo mayoritario de la oposición, Victoria Domínguez, aunque dice el exalcalde que el cartero siempre llama dos veces mientras el propio PP anda buscando una tercera vía entre sus otros concejales para ponerle candidato a la moción. Como Juan Palomo. Mientras el PSOE nos monta un circo en la plaza por Navidad, pero por lo menos nos ahorra tener que pagar íntegramente el cuartel de la policía local y ha traído los dichosos semáforos. Pero eso, como la moción, no toca de momento.