De cara al exterior, cualquier ciudadano que haya pasado en los últimos años por San Calixto, Obispo Varela o la antigua avenida de José Antonio ha podido comprobar uno de los desperfectos más visibles de estos edificios, el desprendimiento de losetas a la vía pública.

Han sido continuos, tanto que el ayuntamiento ha llegado a instalar vallas y los vecinos optaron finalmente por colocar marquesinas que recogieran las losetas caídas para que no lo hicieran sobre algún viandante. Además, los bomberos han tenido que fijar losetas en mal estado en innumerables ocasiones, la propia sentencia del Supremo hace referencia a ello.

Pero de puertas adentro, los vecinos han convivido con desperfectos que quedaron detallados en la primera sentencia. Se trata del desprendimiento de piezas de gres en los patios de luz por una deficiente colocación; humedades y manchas en las ventanas de las zonas comunes, además de hundimientos de acerados en la avenida José Antonio y Obispo Varela, que el ayuntamiento arregló.

También han quedado acreditados fallos en la red de ventilación y extracción de humos por una "mala ejecución de los tiros de ventilación"; defectos en la red de saneamiento; grietas y fisuras en el interior de algunas viviendas y el desprendimiento del alicatado de las cocinas. Por todo, la sentencia habla de una "ruina funcional de las viviendas".