Algo más de una veintena de elegantes automóviles antiguos, con sus carrocerías brillantes, invadieron ayer la plaza Mayor, ante las miradas complacientes de los cacereños. La razón de su presencia en la ciudad es que, durante los próximos días, el Club Gallego de Automóviles Antiguos va a realizar el Xacobeo por la Ruta de la Plata y han elegido Cáceres como punto de partida de su particular peregrinación.

"Cada tres años salimos de Galicia" --cuenta José Luis Blanco Nogueira, su presidente-- "y pensamos que Cáceres sería un sitio ideal (...) Las ciudades de este tipo, tan sensibles a las cosas pasadas, son también sensibles a nuestros vehículos", asegura el dirigente del club. Aparte de honrar al apóstol Santiago, su patrón, han tratado con esta iniciativa de "promocionar los distintos caminos que allí van", y de concienciar sobre "la importancia de la conservación de estos coches para la posteridad".

Nogueira conduce un Mercedes 220, de color negro, cargado de historia. "Es el coche del primer embajador alemán en España después de la guerra", y añade que la innovación del vehículo, exclusivo del cuerpo diplomático, reside en que "lleva los faros encastrados en el guardabarros".

Sorprendentemente, refiere el presidente del club, "hay bastante mercado donde conseguir estos coches". Añade que lo que más le agrada de tener un coche de estas características es "la tensión; llegar es un reto".

La afición por los automóviles de época suele venir de muy lejos. "Cuando era niño tenía dos ilusiones, una, este coche, la otra, un escarabajo ", cuenta Angel Ampudia Boullosa señalando su Citroën 11, de 1950, también de color negro. Aunque tanto él como Nogueira apuntan que no requieren una exagerada dedicación ni grandes sumas de dinero, "sí tienes que conocer un poco de mecánica y electricidad".

Los cacereños que se dejaron caer ayer por el corazón de la ciudad pudieron apreciar modelos para todos los gustos, desde utilitarios hasta señoriales, sin dejar de lado los clásicos deportivos de los años 60. El vehículo más antiguo era un Essex modelo Detroit, del año 1918.

Tras la concentración en Cáceres, los coches partieron hacia Trujillo y más tarde, atravesando Monfragüe, hasta Plasencia. Hoy pasarán por Hervás, continuando su ruta hacia la tumba del apóstol Santiago, donde llegarán el próximo sábado.