Le habían citado en el juzgado de Instrucción número 1 de Plasencia para entregarle una notificación y ha estado a punto de quemarse vivo. A primera hora de esta mañana, un hombre nacido en 1976 ha entrado en el edificio de los juzgados, ha llegado hasta el número 1 y ha sacado una botella de agua.

Pero en su interior había gasolina. Según ha podido saber este periódico, se ha rociado con ella y también lo que había a su alrededor, ante la mirada estupefacta de los funcionarios. Estos, al ver que sacaba un mechero, se han abalanzado sobre él y lo han retenido, al tiempo que daban la voz de alarma. El personal de seguridad y la Policía Nacional han llegado después y se lo han llevado detenido.

Según ha informado la Policía Nacional, se le acusa de los delitos de amenaza, coacciones e incendio.

Según ha conocido este periódico, tiene una orden de alejamiento de una juez por acoso y varias causas pendientes, además de que ha pasado en alguna ocasión por el centro sociosanitario por problemas mentales.