Tras una semana de trabajo a contrarreloj, ayer quedó inaugurado y abierto al tráfico el segundo tramo del bulevar de Cañada Real. Esta reforma deja la avenida con el tramo inicial y el último de doble carril para luego encajonar el tráfico en una rotonda y un tramo central estrecho, a la altura del asilo de las Hermanitas de los Pobres.

Así seguirá la avenida, de momento y sine die, ya que el ayuntamiento y la congregación aún no han llegado a un acuerdo para la venta de los mil metros cuadrados de terreno del asilo que se necesitan para que el tramo central tenga la misma anchura que el resto. De hecho, la alcaldesa aprovechó la inauguración del segundo tramo para volver a pedir a las hermanitas "que tengan un gesto de generosidad para no frenar el progreso y la modernidad del barrio y continuar, por ende, con la evolución de nuestra ciudad", informó Efe.

Mientras Elia Blanco pidió generosidad, la superiora del asilo indicó que la congregación sigue a la espera de que el ayuntamiento le dé una respuesta a la oferta económica que le presentaron por la venta del solar.

Pero la alcaldesa insistió al desear que la solución final "sea que impere el sentido común y que los gestos y la generosidad sean en todos los sentidos". Sobre la posibilidad de expropiar si no se llega a un entendimiento, dijo esperar no tener que llegar a utilizar esa posibilidad "sobre todo, para no hipotecar a futuras corporaciones".

RAIMUNDO NO ASISTE Lo dijo en una inauguración en la que estuvo acompañada por los ediles Francisco Martín, Enrique Tornero y Carmen Blázquez, pero no por el concejal responsable de la propia obra, Blas Raimundo, que el jueves ya se quejó de que no había sido invitado.

Sí estuvieron presentes vecinos, que se acercaron a la alcaldesa para criticar los desniveles del acerado de la zona de bares y comercios y advertirle de que "ayer noche mismo vi una carrera de coches entre dos chavales y eso a pesar de los pasos elevados", según contaba una vecina.

Esta fase, de 160 metros y con una bandeja central de nueve metros de ancho con carril bici, doble calzada y aparcamientos en batería, ha costado 320.000 euros de fondos europeos.