Si algo puso de manifiesto la primera asamblea convocada la tarde del martes por la gestora del PP es que son tales las diferencias personales, que hoy por hoy dificultan en gran medida el pacto con el grupo municipal de José Luis Díaz y la tránsfuga Raquel Puertas aunque la dirección del PP dejó claro que hará todo lo posible por desbancar al PSOE de la alcaldía.

Su primer gesto fue invitar a la asamblea a exmilitantes del PP que se dieron de baja con Díaz, lo que indignó a buena parte de los más de cien afiliados que acudieron a la convocatoria como aireó ayer Victoria Domínguez, portavoz municipal, en declaraciones a Radio Plasencia Centro. Sin embargo, el secretario provincial, Laureano León, aplaudió la decisión de la gestora de tender la mano a los antiguos militantes con el ánimo de pasar página.

Otro guiño de la gestora que tampoco gustó a los sectores críticos del PP es que la asamblea se celebrara en los Salones Venecia, propiedad del concejal afín a Díaz, Paco Gil.

Pero el principal escollo siguen siendo las reticencias de Raquel Puertas, sin cuyo voto es imposible la moción de censura por mucho que los ediles de Compromiso con Plasencia y su líder, José Luis Díaz, dan muestras de buena voluntad. De hecho, el exalcalde ha llegado a declarar que él no sería un obstáculo al entendimiento y abogó por una tercera vía que podría encarnar el presidente de la gestora, Anselmo Díaz.

Ahora las diferencias más evidentes se dan entre Díaz y Puertas, pero la desunión del autodenominado centro-derecha es más que palpable. Significativa fue la ausencia de la expresidenta local, María José González del Valle, quien recordó por carta a su partido que "como sobradamente conoceis, los martes hay sesión plenaria con votaciones que exigen mi inexcusable presencia en el Congreso de los Diputados".