El nuevo concejal de Interior, Francisco Martín, ha ordenado la apertura de dos expedientes encaminados al cierre de dos locales del centro. Se trata de La Lola, situado en la calle de Los Vinos y El Limbo, ubicado en la calle Cartas y en ambos casos, el motivo es el exceso de ruido.

El edil explicó ayer que la decisión de aplicar estas sanciones ha venido determinada por el "constante cúmulo de partes de la policía local reunidos entre julio y agosto, que indican que estos bares tenían la música excesivamente alta".

Martín quiso aclarar que, ante los primeros partes, se les advirtió de que debían bajar la música porque la tenían muy alta, pero "tras el diálogo, al ayuntamiento también se le agota la paciencia, como entendemos que se les agote a los vecinos".

Se refiere a las quejas de los residentes de la calle de Los Vinos --publicadas ayer por el Periódico-- que precisamente han exigido medidas más contundentes contra los locales de copas que incumplen el acuerdo al que llegaron en julio con el concejal y los propios vecinos de cerrar a las cuatro de la mañana y bajar el nivel de ruidos.

Sobre el volumen de la música, el edil ha lanzado una advertencia al resto de los locales del centro: "No nos dejan otro camino que la senda de la sanción para que se respeten los acuerdos porque tener licencia de apertura no significa tener licencia para molestar", subrayó Martín.

QUEJAS EN CALLE CARTAS Pero los vecinos también se han quejado de que los hosteleros se han saltado a la torera el horario acordado, aunque sobre este tema el concejal no quiso hacer comentario alguno, de momento.

Sin embargo, preocupa mucho y no solo a los residentes de Los Vinos sino también a los de la calle Cartas, que se han sumado a las protestas porque "el horario no lo respetan ni tampoco se hace cumplir porque, si hay que cerrar a las cuatro, la policía debería estar a menos cinco para que ni uno siguiera abierto".