En cualquier momento y en cualquier parte de la ciudad. El concejal de Interior, Francisco Martín, advirtió ayer al sector de la hostelería de que el ayuntamiento está dispuesto a realizar controles por sorpresa de los niveles de ruidos de los bares, pubs y discotecas si así garantiza el derecho al descanso de sus vecinos.

Repetirá de esta forma la fórmula empleada con la discoteca Moma, ya que en este caso y tras reiteradas denuncias de vecinos de la calle Sancho Polo, donde está ubicada la discoteca, Interior encargó una medición a una empresa especializada, que se realizó por sorpresa en la casa de un vecino durante la actividad nocturna de la discoteca.

Precisamente, en esta medición por sorpresa se ha basado el Juzgado de la Contencioso-Administrativo de Cáceres para condenar a la discoteca a pagar los 7.500 euros de multa que le había impuesto el ayuntamiento por sobrepasar el nivel de ruidos permitido. Los titulares de la discoteca demandaron al ayuntamiento y al propietario de la casa colindante, pero el juzgado no les ha dado la razón.

"Se la ha dado al ayuntamiento y ha destacado la manera escrupulosa en que se realizó el procedimiento y esto supone que ha respaldado las medidas del ayuntamiento para velar por el descanso de los vecinos. Estamos satisfechos con la sentencia, no por la cuantía sino porque ratifica la política municipal", subrayó Martín.

De ahí que haya querido hacer "una llamada de atención al conjunto de la hostelería del conjunto de la ciudad para que sepan que el ayuntamiento puede volver a hacer una medición por sorpresa en cualquier parte de la ciudad", insistió.

MEDIDAS DE AISLAMIENTO El hecho de que el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo haya dado la razón al ayuntamiento sienta, según el concejal, un precedente y pone de manifiesto que "se pueden ejercer derechos, pero sin molestar al vecino. El límite está en no molestar a los vecinos y esta sentencia nos da la razón", dijo.

Porque el concejal de Interior quiso hacer hincapié en que su política al frente de la concejalía seguirá siendo la de velar "por la parte más débil, que son los vecinos". En este sentido, apuntó también que el ayuntamiento exigirá a los locales "todas las medidas de aislamiento de ruidos que sean necesarias", pero advirtió de que no sirve de nada instalarlas sin más sino que el propósito es "no molestar".

Precisamente, el equipo de gobierno acaba de acordar conceder licencia de apertura y obras para un café-bar en la plaza de La Merced y le ha advertido de que "una vez llevada a cabo la instalación, deberá presentar certificado suscrito por técnico competente especificando tanto los niveles de aislamiento acústico como del cumplimiento de las medidas de seguridad".

Todo esto responde a "un modelo de ciudad donde defendemos hacer compatible todas las actividades. El secreto está en hacer compatible el ocio y el descanso respetando los límites", destacó Martín.