Prueben a ponerse unos tapones en los oídos y podrán comprender algo mejor cómo se siente una persona sorda. Este es sólo uno de los ejercicios que la Asociación Cacereña de Padres y Amigos de los Sordos (Ascapas) ha propuesto a estudiantes de la ciudad con el objetivo de que se pongan en la piel de una persona sorda y así conseguir que no les vean como bichos raros .

Ayer les tocó el turno a jóvenes del instituto Valle del Jerte, que después de escuchar el argumento de una película con tapones comentaron: "No se entendía bien, algunas palabras era como si dijera el principio, pero no el final y era muy difícil leer los labios".

Otra actividad que les propusieron las profesionales Raquel Sánchez y Mónica García fue la de rellenar los espacios en blanco de un texto para hacerles ver que "los sordos, al perder parte de la información que reciben, no entienden bien a las personas que les hablan y a veces se hacen su propia película ".

Así, los estudiantes han conseguido entender algo mejor cómo se siente un sordo, pero además, han conocido cómo es su día a día, desde que se levanta con un despertador que vibra hasta cómo sabe que llaman al timbre gracias a bombillas repartidas por la casa.

Raquel y Mónica también les han enseñado el lenguaje de los signos, todo para "que vean que son normales, no inútiles, y que no hay que dejarles de lado sino integrarles".