Esta semana, el centro de menores de Valcorchero, en Plasencia, dejará de funcionar como lo ha venido haciendo históricamente. El Diario Oficial de Extremadura publicó ayer «el cese de la actividad como centro de acogida de menores» y su clausura, una medida que será efectiva a partir del próximo lunes, 1 de julio.

La resolución de la Dirección General de Políticas Sociales e Infancia y Familia solo matiza que únicamente se mantendrá en funcionamiento «lo que resulte estrictamente necesario en orden al funcionamiento del recurso temporal para la ejecución de medidas de convivencia con grupo educativo impuestas por los jueces de menores».

Como ya ha venido anunciando la Consejería de Sanidad, este recurso funcionará hasta la apertura del nuevo espacio en que se convertirá Valcorchero, el Centro de Recuperación Zagal, para menores, de entre 12 y 18 años, con problemas de conducta.

Los menores acogidos hasta ahora volverán con sus familias de origen o se derivarán a dos pisos tutelados y un piso semiautónomo, mientras que los trabajadores, «serán redistribuidos en otros centros de trabajo o adscritos a los recursos transitorios». Porque está previsto también iniciar una formación especializada para la intervención con menores y jóvenes que presentan problemas de conducta,

En cuanto a las obras, la previsión de Sanidad, es que en los primeros meses del 2020 puedan comenzar para adaptar el espacio a un nuevo centro que evitará que los menores extremeños con problemas conductuales tengan que ser derivados a otras comunidades, como sucede actualmente.

Ante la publicación de la clausura, el alcalde, Fernando Pizarro, criticó ayer: «a día de hoy, la Junta no me ha dicho nada de este proyecto. Ni el director general, ni el presidente. Una llamada habría sido suficiente, aunque solo fuera por lealtad».

Pizarro recordó que para cualquier obra que la Junta quiera llevar a cabo en la ciudad, tendrá que acudir al ayuntamiento para solicitar licencia municipal y también que cuando el gobierno regional de José Antonio Monago quiso cambiar las características del centro «yo no me negué y posiblemente ahora tampoco lo habría hecho, pero la Junta debería haber informado al ayuntamiento. Lo contrario es una falta de respeto a la ciudad porque no es un cambio baladí, sino un cambio de la naturaleza del propio centro», reprochó.