El muro de ladrillos que tapa desde el viernes la portada de la iglesia románica de San Juan ha disparado todas las alarmas en el barrio hasta el punto de que si no desaparece, los vecinos recogerán firmas en su contra, aunque el presidente de la asociación vecinal, Bonifacio Santos, ya se lo exigió ayer al edil de Juventud, Enrique Tornero, en la misma iglesia donde se reunieron vista la polémica suscitada.

Tampoco al concejal le ha gustado y ayer pidió a la Junta "que lo quite entero o lo modifique --dijo-- por una estructura traslúcida" antes de proseguir las obras de lo que se ha dado en llamar espacio para la creación joven, el proyecto de la consejería de Cultura (de la que depende juventud) que pondrá a disposición de los jóvenes salas de ordenadores, teatro o pintura y laboratorio fotográfico.

DESCOORDINACION Precisamente la comisión de seguimiento del PEPRI, a petición de la oficina del área de rehabilitación integral, había dado su visto bueno al proyecto siempre y cuando se respetasen las fachadas por tratarse de un edificio del siglo XIII, aunque haya sufrido añadidos de intervenciones más o menos agresivas. El arquitecto redactor del proyecto dijo ayer no haber sido informado. Presente también en el encuentro entre el presidente vecinal y el concejal, acompañado por uno de los arquitectos municipales, Luis Acevedo -con estudio en Hervás-- confirmó que la obra en marcha se ajusta al proyecto.

Así rechazó que el muro de ladrillo sea provisional y lo defendió como un elemento innovador además de necesario, aclaró, para cumplir la normativa de seguridad y de acceso a minusválidos. También dudó de que las fachadas en cuestión sean las originales por lo que indicó que se pedirá ahora un informe arqueológico.

Independientemente de eso, los vecinos lo llaman ya "el muro de las lamentaciones" y critican, además del impacto visual, "que se ha comido espacio público, lo que la propia Junta no permitiría a un particular".