Dañaron múltiples coches en garajes comunitarios. De la avenida Donantes de Sangre se fueron a Julián Besteiro, allí robaron un Audi, chantajearon por teléfono a su propietario para que les diera el número secreto de una tarjeta de crédito con la amenaza de quemárselo y robaron de las guanteras numerosa documentación que sus víctimas tendrán ahora que renovar, pero el botín que lograron no superó los 300 euros.

Es la cantidad máxima que da un cajero automático mientras el Audi fue recuperado en Cáceres, a donde conduce la pista de los delincuentes que actuaron la madrugada del jueves porque utilizaron el mismo modus operandi que en anteriores intentos habidos en la capital y allí apareció el único vehículo robado, según indicaron fuentes policiales, que sospechan que es obra de delincuentes comunes que suelen buscar tarjetas con las que extorsionar o cheques que llevar al mercado negro.

Para el resto de las víctimas ha sido más el trastorno de reparar ventanillas y renovar documentación. La moraleja de esta desagradable historia es que no se debe dejar en el coche nada a la vista, como insiste el jefe de comisaría, José Hernández.