María Yoalma Cruz tiene 30 años, está divorciada y tiene un hijo de 4 años al que mantenía con su sueldo de auxiliar de taller. Ahora no cobra y, además de los gastos de su hijo, tiene una hipoteca de 400 euros.

Los atrasos en las nóminas le han llevado a deber más de 2.000 euros de hipoteca: "El banco está esperando, pero no sé hasta cuánto tiempo". Además, ha recibido avisos de que le van a cortar la luz y su madre está pagando el comedor de su hijo.

Pero para ella, lo peor, es estar separada de su hijo. "Lloro cada día, por la mañana, por la tarde porque le veo una hora, pero es mejor no verle porque no para de llorar". No duda de que "vamos a salir afectados psicológicamente porque esto es un mundo y ver que la situación no mejora desmoraliza".