Las lluvias caídas en Plasencia y los municipios del Valle del Jerte durante el pasado diciembre dejaron la presa situada a cuatro kilómetros de Plasencia casi al 80% de su capacidad, que es de un total de 59 hectómetros cúbicos. Los datos los facilitó ayer el concejal de Medio Ambiente, Sergio López, que explicó que el ayuntamiento sigue «en alerta porque no sabemos cómo vendrá el periodo invernal».

De momento, señaló que la capacidad de la presa ha bajado hasta casi el 65% porque ha dejado de llover y porque la Confederación Hidrográfica del Tajo continúa desembalsando agua, entre 13 y 14 metros cúbicos por segundo.

No obstante, el concejal afirma que la media de agua desembalsada en la temporada de invierno oscila entre los 18 y los 20 metros cúbicos por segundo, lo que contrasta con el gran desembalse que se realizó durante los días 19 y 20 de diciembre. Porque, el primer día, Confederación desembalsó «hasta 60 metros cúbicos por segundo, lo que nos preocupó», pero el día 20, esta cantidad subió aún más, de forma que el desemblase llegó hasta casi 200 metros cúbicos.

Esto y que continuaba lloviendo provocó, según el edil, que el río se desbordara en algunos puntos y se inundaran los paseos fluviales. Además, la Policía Local tuvo que intervenir para sacar ganado de varias parcelas.

El ayuntamiento considera que el problema de aglutinar tanta agua en el embalse y tener que desembalsar grandes cantidades podría evitarse si, durante el verano, la Confederación Hidrográfica del Tajo desembalsara por encima del caudal mínimo que establece el Plan Hidrológico Nacional. Este es de un 0,5 y la CHT desembalsa 0,7 metros cúbicos por segundo, pero el ayuntamiento ha solicitado en varias ocasiones y ahora lo ha vuelto a hacer por escrito que desembalse un caudal de 2 metros cúbicos.

Su opinión es que la presa no perdería capacidad como para suponer un riesgo para el abastecimiento de la población -este verano se quedó en la mitad- y podría evitarse también la aparición de espuma durante el otoño.