De haberle tocado a uno los 30 millones de euros a estas alturas podría estar ya en el Caribe, pero siendo un premio en multipropiedad lo que todo el mundo espera es que se empiece a notar en la economía local. Que si la entrada para un piso --"esperemos que no suban los precios" advierten-- que si un coche nuevo, que si un ordenador para el niño... Ya lo decía la lotera de la suerte, Margarita Pardo: "Esto tapará muchos huecos, pero abrirá otros".

El premio ha sido tan democrático en Plasencia que los bancos y cajas, desde la mismísima tarde del sorteo no paran de recibir papeletas de la Hermandad de la Pasión en depósito. "Esta mañana se me han saltado las lágrimas --cuenta un empleado-- porque ha venido mucha gente con la papeleta de la que normalmente pasa apuros para llegar a final de mes y viene y saca de poco en poco para ir tirando". Muchos son mayores y la mayoría gente trabajadora con una o dos papeletas; esto es casi el millón de las antiguas pesetas por papeleta. Modesto para lo habitual en los sorteos navideños, pero quién los pillará.

La alegría ha subido enteros en víspera de Nochebuena y se nota, como la resaca del día después, mientras se tira de los pelos todo aquel que este año no compró la papeleta en cuestión. Pero ya se sabe, la suerte es así y ni los millones llueven a gusto de toda la gente.