La última noche del Festival Internacional de Música Folk Plasencia volvió a ser un éxito, como las dos noches anteriores, gracias a los ritmos y sonidos de Manantial Folk, Sondeseu y Amsterdam Klezmer Band, quienes animaron y levantaron al público de sus asientos e hicieron bailar a quienes se encontraban de pie para disfrutar de sus músicas.

Arrancó la noche con los extremeños Manantial Folk que consiguieron, una vez más, que niños, jóvenes y mayores participaran de su espectáculo musical tocando las palmas, coreando estribillos de sus canciones más conocidas y arrancándose a bailar los ritmos autóctonos. Manantial Folk fue Medalla de Extremadura 2018 y el grupo se fundó en 1982. Cuenta con 24 discos, dos cancioneros y más de 2.000 conciertos a sus espaldas.

Después le tocó el turno a los gallegos Sondeseu, una de las primeras orquestas europeas de música folk y que interpretaron muchos temas de la tradición oral de la música popular de Galicia con numerosos instrumentos como gaitas, violines o arpas, entre otros. A Sondeseu le avalan sus 18 años en el mundo de la música folk y numerosos reconocimientos públicos.

Y la noche la cerró Amsterdam Klezmer Band, un grupo holandés que nació hace 20 años cuando se juntaron diferentes músicos callejeros y que a día de hoy ya es una banda de fama internacional. Su música tradicional fresca y muy bailable hizo que el público asistente al concierto en Torre Lucía bailara con sus temas, dando rienda suelta a una gran fiesta musical como es el Festival Folk Plasencia.

ÉXITO DE LOS TALLERES / Así mismo, jóvenes y mayores disfrutaron también de los talleres musicales realizados durante la jornada de ayer. En el Centro Cultural Las Claras, Xabier Díaz, que el día anterior había tocado en el escenario de Torre Lucía, impartió, durante la mañana, un taller de percusión en el que se exploraron diferentes instrumentos de esta rama musical.

Y por otra parte, Manu Sequera, músico profesional extremeño y experto en canto y percusión tradicional, mostró los secretos del canto pastoril en La Isla. Este se llevó a cabo por la tarde.

Numeroso público se acercó también el viernes a disfrutar del taller sobre instrumentos realizados con materiales reciclados que impartió Vibra-tó, también en La Isla, y que gustó tanto a niños como a mayores.

Y tambien hay que destacar la música tradicional de flauta y tamboril que, un año más, volvió a sonar por las calles del centro de la ciudad gracias a la Asociación de Tamborileros Santiago Béjar, que volvieron a amenizar los momentos previos al inicio de los conciertos de Torre Lucía.

Esta asociación está formada por más de una treintena de tamborileros que se encargan de mantener viva la memoria musical del norte extremeño.