Este domingo, la Asociación Protectora de Animales y Plantas organiza una marcha canina solidaria para tratar de lograr los fondos necesarios para la operación de uno de los animales que actualmente está en el Refugio de Plasencia.

El perro, de nombre Zar, requiere "una operación que cuesta 300 euros", explicó Salud Mateos, presidenta de la asociación, ya que las pestañas "se le han metido hacia los ojos y eso, a la larga, le puede provocar úlceras", añadió Mateos.

La iniciativa, con la que la asociación espera poder atajar el riesgo de pérdida de visión de Zar, consiste en "un paseo desde las 11.30 horas por el sendero del Arroyo Niebla", según expresó la presidenta de la asociación. El camino comenzará en El Cachón, donde "habrá un puesto para inscribirse a cambio de dos euros", que se destinarán de manera íntegra a costear la operación, indicó Mateos.

En la marcha pueden participar quienes sean ya dueños de perros con sus mascotas, pero, además, la protectora trasladará desde la perrera varios de los perros que permanecen allí, para animar a quienes no cuenten con animal doméstico a que los paseen y los conozcan también.

La protectora también situará en el principio de la ruta un mercadillo solidario, con bisutería y peluches. En todo caso, desde la protectora descartan hacer pronósticos acerca del éxito de la convocatoria, ya que "nunca esperamos nada, lo que venga, bienvenido sea", confirma la presidenta de la protectora.

Acerca de las posibles adopciones que se les planteen como resultado de tratar directamente con los perros del refugio, hay un área en el que Salud Mateos se muestra tajante: "Desde la perrera no se dan cachorritos para los niños". Con ello, Mateos pretende hacer hincapié en que "los responsables del perro deben ser los padres", ya que, los progenitores deben comprender que "los niños tienen que estudiar, jugar y, tras los cuatro primeros días, sólo se acuerdan del animal de vez en cuando", asevera.

Esta política de adopciones provoca consecuencias positivas y negativas. Por un lado, la perrera "está al límite de la capacidad que es cómoda para los animales, hay más de 65, si llegan más habrá que hacinarlos", alerta la presidenta; por el otro, "muy rara vez tenemos que recoger de vuelta a la perrera un animal que hayamos entregado en adopción", asegura Mateos, que pide que frenen los abandonos.

La protectora, que entrega entre dos y cinco animales al mes, realiza un reparto también mensual, que lleva animales a países como Francia, Bélgica, Holanda y Alemania. "Vacunados, con el chip, pasaporte y estar esterilizados" son los requisitos que enumera Mateos, quien confiesa que "el sistema funciona", pero es "muy costoso". Por ello, agradece la ayuda que se les preste, y que puede ser tan sencilla como "llevar pienso a la asociación".