El objetivo es enganchar a más usuarios al autobús urbano y llegar a los 3.000 bonos (ahora hay 2.279 registrados). Para conseguirlo, el concejal de Movilidad proyecta crear un bonobús universal, que cualquier persona podrá adquirir y supondrá una rebaja de diez céntimos por viaje. El bono valdrá para 20 viajes y costará entre 15 y 16 euros.

Es la apuesta del edil Francisco Martín por el transporte público, que se manifiesta también en la congelación de los bonos para jóvenes, mayores y laboral, ya que "así apostamos por la gente que habitualmente utiliza el transporte público". Por el contrario, antes de que termine el año habrá subido el viaje individual cinco céntimos, de 0,80 a 0,85 céntimos, los días laborales y de 0,85 a 0,90, los festivos.

Así lo han acordado el ayuntamiento y la cooperativa Los Arcos, que gestiona el servicio, "por no poner en peligro la sostenibilidad de la empresa, ya que ha habido una disminución del número de usuarios y valoramos el servicio que presta desde hace 30 años". Aún así, según Martín, el transporte público en la ciudad registra 600.000 viajeros al año.

La intención es llevar las novedades en las tarifas al pleno de este mes, pero antes, la empresa debe presentar documentación que demuestre un desequilibrio económico-financiero en el servicio que presta.

SIN SUBVENCION Eso sí, Martín advirtió de que la subida del billete ordinario será la única de lo que resta de legislatura.

Respecto a las críticas de la ciudadanía por esta subida, el concejal advirtió de que el ayuntamiento no recibe dinero alguno por el servicio, ya que "según la ley de bases de régimen local, las ciudades con menos de 50.000 habitantes no tienen por qué tener transporte urbano, así que mientras otras ciudades reciben dinero del Gobierno Central para apoyar el transporte urbano, nosotros no", subrayó.

Es algo que considera injusto dado que la ciudad pasa de los 42.000 habitantes y tiene otra población flotante que supera los 3.000. Pero también porque Plasencia es "una ciudad dispersa, no compacta, con más de seis kilómetros de distancia de norte a sur, que tiene un río y una muralla que dificultan la movilidad", subrayó.

Por eso, ha hecho un llamamiento a los ciudadanos que no estén empadronados para que se empadronen y poder llegar así a los 50.000 habitantes y tener derecho a unas ayudas que permitirían reducir el precio del billete. "Pido que la gente vea que es un gesto de solidaridad y justicia el empadronarse. Así se nos ayudaría", subrayó el edil.

Pero también ha aprovechado para reclamar públicamente una reforma de la ley de bases de régimen local o que se permita una aplicación más flexible para que fuera posible recibir algún tipo de ayuda. "Si no toda, al menos recibiríamos algo, que es mejor que nada", dijo.