El buen tiempo y el hecho de que el año pasado la lluvia impidiera sacar a la Virgen en procesión hizo que ayer los placentinos se volcaran con la romería de la patrona. Unos 15.000 subieron al Puerto, según fuentes de la Policía Local, la mayor parte después del mediodía para no perderse la procesión.

Las nubes que aparecieron por la tarde no echaron para atrás a los devotos ni empañaron la procesión, ya que la Virgen salió de su santuario a las seis en punto, arropada por los aplausos, los pañuelos blancos y los gritos de "¡Viva la Virgen del Puerto!, ¡Viva la Canchalera!". A sus muestras de afecto correspondieron los fieles que la cargaron a hombros volviendo y aupando la imagen. La procesión terminó con las tradicionales pujas. Los fieles, que quisieron quedar en el anonimato, pagaron 1.500 euros por devolver la imagen al santuario, 1.000 por subirla al camerín y 475 por el ramo de flores, además de otros 925 euros por una réplica de la Virgen donada por restauraciones Llorente con el fin de destinar el dinero al nuevo retablo. Las siervas de María también quisieron que el resto de lo recaudado tuviera este fin.

La jornada comenzó con las misas de la mañana y la solemne de las 11.30 horas ya hacía presagiar el gentío que llegaría más tarde porque estuvo a rebosar de fieles y muchos se tuvieron que conformar con escuchar la homilía del administrador diocesano, Juan Bautista Lobato, por la megafonía. Todos coincidieron en elogiar el nuevo retablo.

LA PARRILLA Y LA BOTA DE VINO

A primera hora de la mañana los romeros fueron llegando en constante goteo, muchos de ellos con sus vehículos particulares por ir cargados con mesas, sillas, parrillas, neveras y otros enseres, aunque la Policía Local apreció una mayor utilización del transporte público. Un año más las familias y los jóvenes volvieron a ocupar el campo, hasta con tiendas de campaña y autocaravanas. Lo más desagradable fue el aire y el barro acumulado por la lluvia de los días previos. Más de un coche se quedó atascado y tuvo que actuar la grúa, mientras los que iban andando tenían que sortear el barrizal del camino. La carne asada y los bocadillos fueron la estrella gastronómica, junto a la bota de vino, mientras una charanga animaba más el ambiente.

Eso sí, su música era muy diferente de la de los chiringuitos y por primera vez y después de años de perseguir la eliminación de las macrodiscotecas , este año se consiguió. En el descampado donde se instalaba tradicionalmente sólo había tres chiringuitos pequeños, para disgusto de los más jóvenes. La campaña electoral también estuvo presente con un chiringuito del PSOE y a éste se unieron los de venta de golosinas, helados y el castillo flotante.

En cuanto a incidencias, la jornada fue tranquila y Cruz Roja sólo atendió heridas leves, rozaduras, pequeños cortes y esguinces debido a caídas. Además, la Policía Local detuvo por la mañana a un exhibicionista y actuó en un choque entre vehículos. Policía Nacional, Guardia Civil y Protección Civil también prestaron su apoyo en la romería.