El matadero tendrá que cerrar si el uno de julio no están hechas las obras que tres años después de su apertura todavía están pendientes para su homologación y que la concejalía de Servicios Municipales ha cifrado en 300.000 euros. De hecho, en enero debía haber cesado su actividad porque cumplió el plazo dado por la Junta de Extremadura, que además había ofrecido al ayuntamiento subvenciones para su adecuación, pero la edil delegada, Carmen Blázquez, logró una prórroga hasta julio.

La alcaldesa dio ayer un primer paso al solicitar financiación al consejero de Agricultura, José Luis Quintana, para homologar el centro de desinfección de vehículos que hoy por hoy se encuentra en la finca municipal Capote, pero que debe estar en el recinto del matadero para garantizar la seguridad en la cadena alimenticia porque es paso obligado de los camiones que transportan el ganado para su sacrificio en el matadero.

PERJUICIO AL SECTOR Elia Blanco entregó a Quintana un dossier con la petición de que su consejería subvencione los 72.000 euros en que está cuantificada la construcción del centro de desinfección de vehículos mientras indicó que las demás mejoras pendientes dependen de la consejería de Economía. Se trata de numerosos defectos en las instalaciones que obligan a tener que desplazarse a otros mataderos para perjuicio de los ganaderos y de la empresa adjudicataria.