Desde que los padres fray Jaime María Frau y fray Antonio María Sánchez llegaron a Plasencia han pasado 50 años. Un periodo en el que los Siervos de María han pasado del convento de Santo Domingo al santuario del Puerto, entregados siempre al servicio de la patrona de la ciudad. Para celebrar sus bodas de oro, acaban de culminar un mes cargado de actividades.

El padre Jaime recuerda que los siervos de María llegaron a la ciudad el 14 de septiembre de 1954 y él, junto al padre Antonio, un año más tarde, cuando tenía sólo quince años. Cuenta que comenzaron no más de cuatro personas, "en el momento de mayor boom llegamos a ser 25 con hábito" y ahora vuelven a ser cuatro.

De los inicios, relata que estuvieron durante cinco años en el convento de Santo Domingo hasta que en 1960 subieron al Puerto gracias a una cesión del obispo de entonces. Todo esto lo han reflejado en una extensa exposición fotográfica, de la que el padre Jaime destaca la primera imagen, de la marquesa Leonor de Pimentel con su hijo moribundo y San Vicente Ferrer, que según la historia devolvió a la vida al hijo y en agradecimiento la marquesa mandó construir Santo Domingo. Tampoco han faltado fotografías del convento, de los adolescentes en su época de estudio, de los momentos en el santuario del Puerto o de su tarea, dedicada principalmente a atender el culto con la misa diaria, bodas, confesiones, novenas y además otro servita, el padre Joaquín, es capellán del hospital.

Como es lógico, la Virgen del Puerto ha ocupado un lugar destacado en su aniversario, porque "para nosotros tiene un significado especial" y además de la exposición han organizado conferencias, ceremonias religiosas con gran éxito de público, un encuentro de exalumnos y religiosos y pases de grabaciones fotográficas.